Piura, situada en el norte de Perú, es una región donde la historia y el misticismo se entrelazan profundamente con la vida cotidiana de sus habitantes. Sus leyendas urbanas son un testimonio viviente de un pasado rico y misterioso que sigue resonando en el presente.
La Dama de Cao (o Dama de la Noche)
Esta leyenda proviene de la zona arqueológica conocida como Huaca Rajada, cerca de Sipán, donde se descubrió el Señor de Sipán, uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la región. La Dama de Cao, en cambio, hace su aparición en el área alrededor de la Huaca de los Reyes, a unos pocos kilómetros de distancia. Se cuenta que esta figura, vestida con finas telas que recuerdan a las usadas por la nobleza mochica, aparece durante las noches de luna nueva, caminando solemnemente por los campos. Los lugareños creen que fue una sacerdotisa o una líder de gran poder en su tiempo, y que su espíritu protege los antiguos tesoros y secretos aún no descubiertos.
El Tunche de Catacaos
El Tunche es un espíritu andino que se manifiesta en diversas partes de Perú, pero tiene una presencia particularmente notable en Catacaos, una localidad conocida por su artesanía en paja y su profundo arraigo cultural. Se dice que el Tunche es el alma de una persona que murió de manera trágica y no encontró paz. Su presencia es anunciada por un silbido penetrante y melódico que se oye en las noches sin luna, cerca de los campos y ríos. Quienes lo escuchan deben tener cuidado, ya que se cree que el Tunche puede llevarse el alma de aquellos que se atreven a seguirlo o que responden a su llamado.
Los Ojos de Morropón
Morropón, una provincia dentro del departamento de Piura, es conocida por sus haciendas y su producción agrícola, especialmente de mango. La leyenda de los Ojos de Morropón tiene sus raíces en las antiguas haciendas de la época colonial, donde se dice que ocurrieron numerosos actos de injusticia y crueldad.
Los ojos que aparecen flotando en la oscuridad son descritos como grandes y luminosos, observando fijamente a quienes pasan por la carretera que conecta los pueblos de la región. Algunos creen que son las almas de los antiguos trabajadores de las haciendas, perdidos y sin descanso, que buscan justicia o compañía para escapar de su eterna vigilancia.