Tumbes, con su ubicación estratégica cerca del límite entre Perú y Ecuador, ha sido un punto de encuentro para muchas culturas a lo largo de los siglos, incluyendo piratas y conquistadores. Las leyendas de esta región reflejan su pasado tumultuoso y sus ricos relatos orales.

La Casa Matusita de Tumbes

Aunque la leyenda original de la Casa Matusita se ubica en Lima, la versión tumbesina se centra en una antigua mansión en el corazón de la ciudad. Esta casa, con más de dos siglos de antigüedad, fue el hogar de una familia prominente durante la época colonial. Se cuenta que una tragedia familiar ocurrió dentro de sus muros, con un doble asesinato y un suicidio que dejaron una marca permanente en la atmósfera del lugar. Hoy en día, se dice que los fantasmas de esta familia aún deambulan por las habitaciones, y los sonidos de sus disputas se escuchan durante las noches tormentosas.

El Fantasma del Puente de los Suspiros

Este puente, que originalmente servía como conexión entre las principales partes de la ciudad y el puerto, tiene su propia versión de la leyenda del Puente de los Suspiros de Barranco en Lima. El fantasma de Tumbes es el de una mujer joven que, según los relatos, se lanzó al río en un acto desesperado por un amor no correspondido. Desde entonces, su figura se ha visto vagando por el puente durante las noches de niebla densa, buscando quizás revivir su trágico final o advertir a otros sobre el dolor del amor perdido.

El Tesoro de los Piratas en Punta Sal

Punta Sal es conocida por sus hermosas playas y como un destino turístico popular, pero también tiene una historia oscura ligada a los piratas del siglo XVI y XVII que frecuentaban las costas sudamericanas. La leyenda cuenta que un grupo de piratas enterró un gran tesoro en alguna parte de las playas de Punta Sal. En noches de luna llena, se dice que las figuras de estos piratas aparecen, siluetas apenas visibles bajo la luz plateada, vigilando su oro escondido. Los intentos de buscar el tesoro han sido muchos, pero todos se han encontrado con obstáculos inexplicables o accidentes, como si los propios piratas aún protegieran su botín.

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