Sara y Luis decidieron hacer un viaje por carretera para celebrar su aniversario. Mientras conducían por una carretera solitaria rodeada de bosque, su coche se detuvo sin razón aparente. Luis salió para revisar el motor, pero no encontró nada fuera de lo normal. Fue entonces cuando vieron a una mujer vestida de blanco acercándose por el camino.
La mujer parecía perdida y les pidió ayuda con una voz débil. Sara y Luis le explicaron que su coche estaba averiado y no podían llevarla. La mujer simplemente sonrió y se desvaneció en la oscuridad. Aterrado, Luis regresó al coche y, milagrosamente, el motor volvió a arrancar.
Al retomar el viaje, sintieron un frío inexplicable en el coche. Sara miró por el espejo retrovisor y gritó al ver a la misma mujer sentada en el asiento trasero. La mujer, con ojos vacíos y una sonrisa siniestra, susurró: «Nadie escapa de esta carretera». Sara y Luis intentaron detener el coche, pero el volante no respondía.
Días después, la policía encontró el coche abandonado en un desvío de la carretera. Sara y Luis estaban sentados en los asientos delanteros, inmóviles y en estado de shock, incapaces de hablar o recordar lo sucedido. La leyenda de la carretera fantasma se extendió rápidamente, y nadie volvió a conducir por ese camino después del anochecer.